Thursday, March 4, 2010

WELCOME TO MIAMI.


 Antes de desarrollar la historia sobre el cumplimiento de un deseo que más que un sueño, ha sido como una pesadilla; deseo señalar que escribir para relatar algunos sucesos que forman parte de una vida; no es nada del otro mundo. De hecho por algo en el otro mundo no hay necesidad de hablar ni de escribir, no hay lápices ni libretas, ni máquinas con teclas, ni laptops. En este mundo para escribir, lo único que se necesitan son las ganas de sacar a la luz las miserias humanas, para advertirle a los seres extraordinarios que vuelan bajito y muy cerca del pantano, que sería mejor si se elevaran un poco. Porque las miserias humanas no elevan, más bien se aferran a todo lo que sea verdaderamente valioso con la única y premeditada intención de hundirlo; en el mismo lodo donde ellas se revuelcan. Como los verracos que un Maestro Perfecto advirtió hace unos miles de años, que pisotearían todas las perlas que les tiraran al chiquero.

  Soy de la gente que no cree más que en sí misma y cuya fe se fundamenta en los valores sublimes, que glorifican al ser humano. pero también creo que si los que han tenido que soportar las pruebas que las miserias humanas; le exigen pasar al iniciado, tuvieran el coraje de plasmarlas por escrito, tal vez serían cada vez menos los seres humanos que caerían en trampas; tendidas por alimañas. Si, porque no pretenderá nadie que de una persona que se cree miserable, provenga algo de naturaleza consciente y generosa. Por lo general la gente miserable además de ficticia es tramposa y cicatera. Sin temor a que se ofendan, debo agregar que por más cara que sea la esencia que usen por fuera, por dentro apestan. Simplemente porque reniegan de la esencia divina que no precisa de una tal Channel, para tener un aroma infinitamente más autentico que el que destila la indigencia humana, esa culebra llena de artimañas hipnotizadoras que no posee de los valores humanos; ni siquiera aquellos que son compatibles con el comportamiento instintivo  de una mascota.

 Más comprendo que para hacerlo se necesita poseer mucho valor porque cualquier ser humano, puede tener un engendro mezquino de pariente, de amigo, de pareja o de entenado (*). En Cuba existen muchísimos casos de personas, que han sido tratados como parias por sus familias y han sido como tal repudiado hasta que emigraron y entonces, como por arte de magia; los familiares los consideraron valiosos. Para ensalzar los “valores” de  estos supuestos familiares o parientes políticos tan volubles, podría escribir varios libros. Pero si hubiera deseado dedicarme a la psiquiatría o la política,  en lugar de haberme licenciado en Biología para nada; tuviera un consultorio que me reportaría pingües ganancias o, estaría optando por un escaño dentro de la mafia miamense y además,  podría contar con el sincero aprecio y desinteresado apoyo de unos familiares adorables;  que me admirarían tanto como cuando Tim tenía para dar, y entonces valía algo más de lo que no valía antes. Pero si mi abuela hubiera tenido ruedas la hubiera agarrado de triciclo, así que mejor me dedico a exponer las cosas como fueron en su debido o indebido momento, antes de que los que olvidan sus inconvenientes ruindades y sus constantes impertinencias me desacrediten, como siempre lo han hecho.

 Debo confesar que la pesadilla miamense contra todo lo concebible, también devino en un sueño realizado. Pues antes de convertirme en madre, como lo hace cualquiera que sabe que para ser madre sólo se necesita estar consciente de que alguna vez;  una fue parida y criada por una mujer, además de poseer un par de ovarios fuertes y sanos que produzcan óvulos por si solos (sin la intervención humana), yo no tenía sueños ni pesadillas. Sabía que por algo que no recordaba pero que no debía haber hecho, vivía en el mismísimo infierno y lo aprovechaba bien calenturientamente. No necesitaba creer en Satanás sencillamente, porque lo podía ver hasta repugnarme y podía escucharle hasta vomitarme. Por mis propios sentidos físicos  pude advertir que aun viviendo en el infierno, podía uno alcanzar el paraíso. Y eso es algo que saben perfectamente todos los turistas, que arriban al aeropuerto José Martí con el objetivo de comprar cubanas y cubanos, para llevarlos como souvenir a sus tierras. También lo pueden reconocer esos balseros que arriesgaron sus vidas y las de sus hijos, únicamente para llegar a un lugar tan frío y ficticio, que uno bien podría  llegar a confundir a la gente con pingüinos y a Miami con una gigante pista de patinaje sobre hielo.

 Pero no todo es así de de artificial y gélido, pues en Miami surge un caluroso espíritu laboral que difícilmente, se  podría encontrar en un cubano que a lo sumo gana 30 o 40 dólares al mes,  por trabajar como esclavo en el feudo de los hermanos Castro y flia. Y cuando uno llega a un lugar donde no ha echado raíces, es natural que acepte todos los cambios ambientales. Los árboles sin tener cerebro lo hacen por saber, que el que no se adapta perece. No reconocer un axioma vegetal tan sencillo, le crea a los emigrantes graves problemas mentales que pueden convertirlos en inadaptados o como le llaman en Miami a los discapacitados mentales: deshabilitados. Debido a que una ni miles campañas de alfabetización, pueden acabar con la desquiciada tendencia de algunas personas; a sentirse más bestias que los animales,  algunos emigrantes cubanos llegan a creer que un Disability (documento que prueba la inutilidad de un ser humano para trabajar como esclavo asalariado), es una ayuda cuando en realidad puede ser un arma de doble filo. Pero el que no sabe es como el que no ve y tampoco escucha.

  Aunque a familiares y parientes políticos les disguste y lo disimulen bastante bien, tuve la suerte de tener una madre que me demostró sin palabras, que una persona lúcida ante una acción tanto sensata como descabellada; siempre tiene una respuesta, mientras que una persona confusa y obtusa  sólo puede reaccionar mecánicamente, ante un elemento externo que la intimide. Como haría cualquier persona que ame conscientemente, también me señaló que el único punto de referencia para distinguir a una persona lúcida de otra, que supuestamente lo fuera,  tenía que ser yo misma. De manera que me inculcó el hábito de examinarme a diario,  como cualquier criatura humana lo hace: conscientemente; con el objetivo de mejorar poco a poco las pequeñas pero buenas acciones y eliminar todo lo que me hiciera sentirme como un vil gusano, por haberlo hecho inconscientemente. Reconozco que no es tan fácil enfocar  los desaciertos,  como recibir alabanzas inmerecidas por cosas que aparentan ser acertadas. Pero mientras más pronto comience uno a hacerlo, más rápido se le va forjando el hábito de actuar conscientemente y menos necesitará de hacer el ridículo de creer, que es consciente y tratar de simular que es un ser humano, cuando obra como un energúmeno que padece de minusvalidez humana.

 La madre a la que hago referencia, que no está ya conmigo en cuerpo pero sigue estándolo con el alma; me dio el ejemplo de que lo expresado por un asesino oportunista y demagogo, podía hacerse realidad. A diferencia de un tipo que es famoso por lo que aparentaba ser, ella cada día de su existencia sabía cómo hacer para convertir cualquier revés en victoria. Era de esas personas que en verdad causan admiración, no tan sólo por saber la distancia que va del dicho al hecho, sino por hacer de esa travesía una realidad en sus vidas. En lugar de considerarla, como una posibilidad que vale la pena estudiar pero, no intentar llevar de la teoría a la práctica. A ella le agradezco que emigrar a Miami, haya resultado tan placentero como vivir durante treinta y seis años en un infierno paradisíaco. Y también el poder reconocer las enseñanzas, que toda humana experiencia trae aparejada. No hay que clasificar las experiencia en “buenas” o “malas” porque si en este mundo el amor de una madre por su hijo y el de un hijo hacia su padre es relativo,  y puede ser hasta condicional;  para no herir susceptibilidades absolutizando es mejor llamarlas experiencia carnales que afortunadamente, nuestra parte sublime puede trascender muy fácilmente. Lo carnal no tiene mucha trascendencia y se puede notar en los crematorios de difuntos y en los depósitos de cadáveres conocidos por camposantos.

 Posiblemente la persona que lea esto, no sepa que todo comienza y termina con uno mismo. Por eso tal vez crea que puede recibir amor mientras que ofrece desprecio, que puede ser admirada cuando es más digna de recibir un escupitajo en la cara, y que se merece recibir lo mejor de la misma gente que patea, tan inconscientemente como respira desde hace unos cuantos años. Es a esa gente tan equivocada la que a mí me gusta ayudar, pero no supuestamente cómo ayuda la gente hipócrita cuando no le queda otra opción. Por eso voy a escribir aquí varios puntos dignos de tomar en cuenta, antes de decidirse por emigrar a otro país y encima de eso, hacerlo llenos de expectativas y con la esperanza de que las fantasías se hagan realidad en un lugar, donde consideraran que eres mucho menos de lo que eras; en tu tierra natal. A menos, que consigas dinero suficiente como para comprar consideración, credibilidad y respeto. De manera que para aquellos que se alejan de su tierra natal, con la creencia de que la situación que tenían allí, puede mejorar y no para ponerse peor; voy a dejar aquí estos puntos:

 1.-  No vaya a suponer que el apoyo incondicional que le prestó a un compatriota, servirá para ser retribuido mínimamente. A lo más que puede aspirar es a que el supuesto amigo, haga hasta lo indecible para desembarazarse de usted a menos, que usted  se haya convertido en un borrico cargado de lana. De la familia no voy a hablarle porque se supone que después de varios años y si se conoce usted mismo lo suficiente, como para no devaluarse; entonces sepa perfectamente quien es quien. Pero le sugiero que recuerde que las expectativas no son muy útiles en cualquier caso.

 2.- Si recibió el respeto y la consideración de alguien mientras estaba en Cuba, puede esperar que la misma persona que hizo tal cosa en Cuba, en Miami lo reciba con trompetillas y le muestre la misma consideración con la que trata a sus progenitores. Teniendo en cuenta, que algunos progenitores se sienten tan afortunados de haber procreado a un engendro, que hasta le harían reverencias a la mona Jacinta. Otros menos afortunados,  cargan con el mico como lo haría cualquier organillero. Un organillero era un músico ambulante del Medioevo, que vagaba con un pequeño mono tití en el hombro y sacándole melodía  a un pequeño piano portátil, que se hacía sonar por medio de un cilindro con púas;  movido por un manubrio (organillo).

 3.- A menos que tenga un título universitario del que sentirse verdaderamente orgulloso, prepárese para limpiar inodoros. Y si de pura chiripa obtuvo un diploma universitario, entonces mejor no lo ponga como dato en su curriculum o Resume porque si le toca ser supervisado,  por una jinetera arrepentida o un gay de closet que por estar en Miami y tener un carguito de poder, ya se creen  la única coca cola en un supermercado capitalista; entonces aparte de limpiar retretes puede que le ordenen ponerse un guante, y meter la mano en un excusado que acabó de ser usado por el Señor Elefante.

 4.- Si es usted una persona sincera de donde crece la palma, mejor será que vaya echando los versos del alma y mejor póngase a decir unas cuantas palabrotas como lo hacía en Cuba, cuando cualquier comemierda (macho o hembra) quería pasarse de listo. De lo contrario lo pondrán a morir y no precisamente de cara al sol y de una buena vez, sino lentamente, de cara al orificio anal de un orangután mal amaestrado y oliéndole al mono todas sus gracias o pedos existenciales.

 5.- Considere que aunque suene marrano y frustrante, una vez fuera de su terreno natalicio se sigue haciendo realidad eso de que cuando Tim no tiene Tim no vale, y cuando Tim tiene, Tim vale. Así que no vaya a creer que con usted no se aplicará ese proverbio que dice que: el muerto y el arrimado a los tres días apestan. A menos que se traiga de Cuba una buena billetiza o, el arrimado tenga algo que sirva más que un buey para jalar una carreta.

 6.- Olvídese de los valores humanos y las relaciones familiares. En los Yunaites resulta natural que los hijos traten a los padres como si fueran tarjetas de crédito, que cuando ya no tienen fondos  se pueden tirar en un HOME (término irónico de Asilo de Ancianos en los EEUU) Y si eso le hacen a los progenitores, será mejor que usted no espere un mejor trato. En cuanto a lo peor, y para demostrarle que usted no es más que un piojo pegado; aunque aporte más que una sanguijuela que no da ni dice donde ahí y chupa sin compasión; puede esperar lo mismo que furtivamente le cojan el cepillo de dientes para limpiar el WC o  que  le pongan en la tele los canales en inglés, para que usted extrañe los canales de su tierra y  además se sienta como un extraño en tierra ajena.

 7.- Aunque por todos los medios le obliguen a desnaturalizarse, procure seguir siendo lo más natural que pueda. Ser una gente ficticia y superficial le puede abrir las puertas hacia la cima del éxito, pero le aseguro que cuando se mire en su conciencia y note lo falso y plastificado que se ha puesto, no se lo va a perdonar ni teniendo en su billetera la mejor y más fiable tarjeta de crédito. Por lo general y aunque sea demasiado tarde, un ser humano lúcido prefiere haber vivido como tal; a haber existido como un muñeco de cuerda sin claridad alguna. Recuerde que lo auténtico siempre supera en valor a lo artificial, aunque lo ficticio tenga marca registrada.

 8.- Desconfíe de los intermediarios. Son idénticos a los que vendían en los Agromercados,  que compraban la libra de malanga al guajiro en 20 centavos y luego se la revendían a un compatriota en 20 pesos. Como los que le aseguran el paraíso después de que usted se muera y un futuro brillante,  luego de que se acabe su período de administración gubernamental;  los intermediarios siguen siendo unos farsantes aunque sean unos artistas para disimularlo.

  9.- Puede obviar los ocho puntos anteriores si le da la gana pero,  trate de recordar cada uno de los días que le queden antes de estirar la pata, que las personas plenamente realizadas se sienten felices y que la gente dichosa,  aunque no lo aparente;  es incapaz de perder su precioso tiempo ideando maneras maquiavélicas de fastidiar al prójimo. Y aunque no debe poner la otra mejilla si no quiere, sepa darle a los desgraciados por cuenta propia su merecido,  que consiste en una bofetada con guante blanco. Porque  noblesse oblige  y no es propio de un ser humano culto y digno de ser guiado por la mano de Dios, ponerse a imitar las malas mañas de alguien que se vanagloria por haber trasladado su hábitat , de una ordinaria jaula del  Zoológico del Vedado a un cubil de lujo ; ubicado en la Jungla de Asfalto miamense. Ah, y por favor…no le pida peras al olmo.

 Confío en que estos nueve  puntos o al menos el último, sirvan de algo. A mí me sirvieron pero porque tengo un amigo extraordinario e inigualable, comparable únicamente con mi progenitora que además de mi madre, fue una Maestra  y me consta. Y eso me permite hacer cosas que parecerían inconcebibles, para alguien que no se soporte ni a si mismo pero,  que haría cualquier insensatez para adquirir una supuesta amistad que será tan falsa, como la relación que mantiene consigo mismo. A pesar de que somos gentes que necesitamos relacionarnos como tal, el viaje de la vida lo hace uno sólo desde el nacimiento a la tumba. Precisamente por eso lo seres humanos, que han sido considerado sabios en cualquier época; han insistido en tener por primordial a la relación que mantiene el ser humano con su propia esencia. Y es eso lo que le otorga credibilidad, a esta frase sagrada recogida en los Evangelios apócrifos de Tomás que dice: “El reino de Dios está dentro de ti y en todo alrededor tuyo. No está en edificios de madera o piedra. Divide un pedazo de madera y allí estaré, alza una piedra y me encontrarás. 

 De la red cibernética, extraje este párrafo, que está realmente interesante puesto que amplia la estrecha perspectiva con la que desafortunadamente, muchos contemplan una existencia que  desde cualquier punto que se observe evidencia ser milagrosa: 

 El hombre aprendió a volar comprendiendo las leyes de la gravitación y lo utilizó en su beneficio, no suprimiéndola. Estamos en una realidad donde es necesario devolver al César lo que es de César -el materialismo- y a Dios lo que es de Dios -la espiritualidad-. Pensamos que el hombre es la neurona del universo y su futuro es inseminar otros mundos en otras galaxias. Pero para cumplir este destino la humanidad tiene que ser uno. Las sociedades humanas tienen que tener como finalidad el bienestar de su prójimo, sin importar su raza, su género o su condición social. Es urgente asimilar el amor universal del mensaje del Cristo, que nos recuerda que el reino de Dios es parecido a un grano de mostaza, antes de que se transforme en realidad el pensamiento profético de André Malraux : “El siglo XXI será espiritual, o no será. »  Necesitamos claridad de entendimiento para concebir la realidad de un universo holográfico, que nos permite unir una visión facultativa y mística de la realidad. Una perspectiva auténtica que  admita interpretar de manera consciente,  estos fragmentos de las enseñanzas de Krishna recogidos en el “Bhagavad Gîta” (“Borde Divino”):

Soy el objetivo, el apoyo, el señor, el testigo

La residencia, el refugio, el amigo, el origen

La disolución, la permanencia, el receptáculo

El germen, el inmutable.

Soy el calor, que retiene o deja ir la lluvia;

Soy la inmortalidad y la muerte,

Soy el ser y el no ser.

 (Extractos de  “Teoría de un universo auto creado”  por Jean Claude, en Barcelona)


(*) Esta palabra se usa mucho en Cuba para designar a una persona,  que aunque no tiene con uno ningún vínculo familiar; uno tiene que asumir los deberes del vínculo con ella; sin tener ningún derecho a la reciprocidad. Lo que quiere decir que si uno le tiene aprecio al entenado, puede esperar que el entenado lo desprecie, y si uno le regala al entenado que nada merece lo que no se merece, debería saber que a cambio; el entenado podría escupirle en la cara su ingratitud que por cierto, suele ser ilimitada.   Como sucede con un padrastro, una madrastra, un hijastro, una hijastra, una nuera o un yerno, una suegra o un suegro. Aunque así como existe gente que gusta pasarse de lista,  también hay entenados que reconocen esa regla de oro que dicta no hacerle a otro ser humano, lo que no nos gusta que nos hagan. Debido a que el empleo de la hipocresía como regla de conducta, ha convertido a muchas personas en unas sinvergüenzas, descaradas, atrevidas y facultosas; muchos entenados  se atreven a pasarle por encima o subírsele en el lomo a los que por el efecto espejismo; llegan a considerar un burro o a confundir con una mula. Y resulta natural para ellos hacerle la vida imposible al pariente político, mientras que lo montan y hasta se alimentan a sus costillas. Por supuesto que esta “gracia” de los entenados  no puede ser eterna y por miserable y oportunista (en el peor sentido de la palabra) llega a su fin; cuando el paciente burro o la tolerante mula se acuerdan de que no son precisamente los cuadrúpedos, que percibe el entenado cuando se mira en el espejo de su propia conciencia. Lo menos que un entenado  de ese tipo tiene son sentimientos humanos  y lo menos que puede hacer es pensar humanamente, de hecho se las arregla como puede con un garbanzo mental que le imparte órdenes muy mezquinas, todo el tiempo. Por lo que no vale la pena negociar ni tratar de llegar a un acuerdo con él o con ella. Y esto se lo advierto para que no pierda su tiempo conversando con ellos. En caso de que tenga que lidiar con uno, de los que encima de miserables son abusivos; le recomiendo paciencia y si por algún motivo tiene que callar sus desmanes, entonces escríbalos. No importa que no haya leído un solo libro en su vida ni que redacte con faltas de ortografías, pues cuando el coraje se expresa libremente; no se anda fijando en esas nimiedades. Además he tenido ante mi vista entenados y entenadas, que simplemente por rebuznar en dos idiomas y manejar un automóvil, ya se creen que dejaron de ser unas bestias ignorantes. Y permítame decirle que así de engañados puede que mueran, pues además de sinvergüenzas por inconscientes, nunca saben lo que se hacen a si mismos cuando la soberbia les impide ver  a los que pisotean,  mientras con arrogancia en lugar de caminar, reptan..

No comments:

Post a Comment