Si hay algo que de niña se me hizo curioso aunque me provocara náuseas y de vieja me sigue revolviendo el estómago, es la tendencia de algunas personas; desde que son muy pequeñas, a evadir la sinceridad y mentirse a sí mismas. No quiero mencionar lo que me decía mi madre cuando hablábamos de eso, desde que yo era pequeñita y ella grande pero de verdad, no de edad o de talla; porque a alguna gente le molesta. Y es comprensible, porque he notado que no todas las madres amaestran a sus hijos, hay algunas que los convierten en monos mal amaestrados. Y otras que no pueden contrariar al mono, y tienen que permitir que este imite el patrón de conducta que mejor le convenga, a sus irracionales instintos de animal superior. Estas madres tienen claro que sus hijos, son los hijos de la Vida y Dios les ofrece el libre albedrío a todas sus divinas criaturitas. Esas madres también saben que ellas son ellas y Dios es Dios; no son como esa gente tan mona y tan buena gente que se quieren convertir en el Supremo King Kong, o aspiran a llegar a ser como La Virgen Jacinta (la mona de la canción). Una madre como yo, o como mi madre, que no se parecen a nadie y que tampoco les importa que por ser únicas y apreciarse como tales, a los primates que aparentan ser humanos les dé una pataleta bestial.
Volvamos a la sinceridad, ahora que las cartas ya están sobre la mesa y es cuando se sabe; si la mano del contrario sirve para jugar o, para hacerse una puñeta. Y no es que no sepa cómo juegan los hipócritas a ser diplomáticos, para esconder que no tienen los huevos para ser sinceros. Ese juego lo he jugado miles de veces…porque no he tenido de otra, pero me he asegurado de hacerlo lo menos posible y sólo, cuando de no hacerlo la sinceridad, podía arrebatarme a un ser que realmente amaba como no era capaz; ni de amarse a sí mismo. Pero tal jugada no me apartaba, de lo que para mí siempre ha sido de valor incalculable: la dignidad del Ser Humano. Algo que la mayoría se deja pisotear por dinero, y por ganarse la aprobación de una bola de pendejos, que por cerebro tienen un garbanzo con un baño de oro y por corazón un iceberg. Pero simulan ser seres humanos, casi a la perfección.
Lo siento por estos cretinos que tendrán un triste fin, porque cretinos morirán, si es que no hacen algo al respecto. Pero mis gustos son más selectivos y si he aceptado a gente rata y miserable para pasearse en mi vida, es porque pude ver a alguien que lo hacía, y mucho mejor que yo. Cuando le pregunté el motivo de que lo hiciera, siendo que ella brillaba cada vez que se metía en la cloaca para amar a las ratas; me dijo que alguien tenía que hacer el trabajo sucio y que la viera bien, porque cuando ella no estuviera; era yo la que tenía que hacer el trabajo sucio, por ella. Y donde manda capitán, no manda marinero. Así que espero que con esto quede claro, que al que no le guste la sinceridad a mi me importa un carajo; si me quiere, o me odia, o me manda a matar pa acabar pronto. Porque por ser amiga de ratas y amante de cucarachas, esto no quiere decir que me gusten precisamente; sino que no me siento por encima de ellas. La misma persona que me mostró como hacer el trabajo sucio, me convenció de la necesidad de amor que sentían las alimañas y yo, gracias a ese Ser Humano que admiro por su dimensión Humana, empecé a amarme a mi desde pequeña lo suficiente; como para poder darles a los que no saben que son dignos de amar y ser amados, lo que sus mentes decrepitas y sus corazones helados ni siquiera podian concebir.
Esto es todo, si el juego de la sinceridad no deseas empezarlo contigo, entonces metete tu sinceridad por el ojo ciego que está al final de tu espalda porque si para amar a otro, tiene que amarse uno mismo primero, entonces para sincerarse con otro lo primero; es ser honesto con uno mismo. No tengo nada para venderte y mucho menos me importa impresionar a nadie pero, estoy muy en mi derecho de mandar a ver a su madre a quien se atreva, a verme la cara de Angelina Jolie. Ni tengo el dinero que ella tiene, ni me le parezco físicamente, ni me dedico a la adopción infantil. Entiendo que si lo que trata una persona es subestimar a alguien, entonces puede empezar a subestimar a la madre que lo parió. Conozco a varias personas que no les fue nada bien por intentar pasarse de lanza así que, mejor será no confundir amnesia con magnesia, ni el ser un servidor con ser un trapo, para que chamacos malcriados puedan limpiarse los mocos. Y si no entendiste o, esto te pareció muy rudo; vas a ver que esto no es nada. Conozco a unos chamacos cubanos, que lo expresan mucho mejor que yo pero te lo dicen cantando.
http://www.youtube.com/watch?v=SlLls18CKKo&feature=related
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