Sunday, January 10, 2010

LA HIPOCRESIA Y YO.

Parodiando el título de un libro que leí siendo niña, titulado “Platero y yo” , doy comienzo a este escrito que la única relación que tiene con la elegía andaluza de Juan Ramón Jiménez , donde se recrea poéticamente la vida y muerte del burro Platero; es que como el protagonista de esta obra, yo también prefiero conversar con un burro porque sé que aunque no entienda, absolutamente nada de lo que le diga; tampoco va a ofenderse por algo que yo diga y que al muy burro no le guste. Si la persona que esté leyendo esto no conoce la obra “Platero y yo”, al final se muestra un enlace donde puede verla resumida en unos dibujos animados. Pero de lo que trata este escrito es de ese modo de conducirse algunas personas, que el diccionario describe como el acto de fingir una cualidad o sentimiento; que no se tiene realmente y que también se conoce bajo los términos de : doblez, duplicidad, falsía, fingimiento, falsedad, astucia, deslealtad, impostura, tramoya, engaño, artificio, afectación, mojigatería, gazmoñería, gatería y bambolla.


Por lo espero que quede claro que con este escrito no deseo señalar a un cuadrúpedo herbívoro, que ni siquiera tiene que ir al colegio y por tanto, no está expuesto a que le inculquen desde que es un tierno borriquito; que la hipocresía es una norma de conducta que debe aceptar sin cuestionarla siquiera. Más bien quiero señalar a esa norma que deja abolida a la sinceridad, para instaurar en las fértiles mentecitas infantiles la posibilidad de fingir algo que no sienten, de manera que nunca sepan si es mejor ser ellos mismos o, convertirse en un adulto que no tiene ni los cojones ni los ovarios para mirarse a sí mismo y ver, que siendo un ser humano ya no tiene por qué intentar convertirse en otra cosa. Según mi criterio, que es tan válido como otro y tan es así, que algunos tienen el criterio de que la solución está en matarnos los unos a los otros y con eso, se justifican la inclusión académica de la carrera armamentista; si hay algunas personas que usan a la hipocresía como norma de conducta, es simplemente porque no saben lo que hacen. Y tampoco saben, aunque sepan todo en lo referente a modales y frases de cortesía, que cuando uno no puede expresar lo que siente algo adentro se resiente y luego lo que se expresa es el resentimiento que obviamente, no quisiera ser sincero consigo mismo porque la gente resentida prefiere disimularlo, a cambiar y tener que volverse considerada, agradable y simpática de manera natural y auténticamente sincera.

Este tema es algo escabroso porque hay mucha gente hipócrita, que detesta la hipocresía y no le gusta que ni se la mencionen. Y yo los entiendo porque todo el mundo tiene derecho a usar la falsa modestia, y con los hipócritas sucede algo parecido a lo que le sucedió a los hippies, cuando prohibieron las drogas que para ellos eran buenas y hasta mejores que la hipocresía. Incluso desde mucho antes de los años 60’s, en esos países donde el cáñamo se cultivaba como el arroz en China; se consideraba legal fumarse un porro o una pipa con el cogollo de la planta que también, servía para un montón de cosas. El caso es que si a los marihuaneros no les importa perder todas las neuronas por fumar, a los hipócritas tampoco debería importarle hacer el ridículo al aparentar que sienten, lo que no sienten en verdad. Así como no tienen que preocuparse los legisladores jurídicos, por si alguien se cuestiona la prohibición del consumo de una hierba mientras que los comerciales de televisión; incentivan la ingestión de bebidas alcohólicas que se consiguen fácilmente y ocasionan accidentes automovilísticos, violencia intrafamiliar, deliriums tremens, cirrosis hepática y todas las secuelas del alcoholismo, esa enfermedad que consiste en padecer una fuerte necesidad de ingerir alcohol, de forma que existe una dependencia física del mismo, manifestada a través de determinados síntomas de abstinencia cuando no es posible su ingesta. El alcohólico no tiene control sobre los límites de su consumo y suele ir elevando a lo largo del tiempo su grado de tolerancia al alcohol, pero lo bueno de los borrachos es que están demasiado ocupados en emborracharse, como para ocuparse de sus vidas y mucho menos de las que se llevan entre las patas.

Decía que los hipócritas entonces tienen tanto derecho a existir, como la gente que prefiere ser menos educada pero más sincera, y así evita tener que engañarse a sí misma lo cual es mucho peor que tomar alcohol y fumar marihuana. Y voy a explicar las razones. En primer lugar y como sé que mi cordura puede quedar en tela de juicio, simplemente porque con casi 50 años en las costillas en lugar de tener una cuenta de banco respetable; no tengo ni para comprarme un chicle, voy a recurrir a lo que plantea Wikipedia sobre la hipocresía para que la persona que lea esto, si sabe que es hipócrita al menos sepa de lo que se trata su padecimiento y entonces elija si se cura o si permite que la hipocresía se lo coma por una pata. Lo cual ya sería asunto suyo y del apego que sienta, hacia la educación que recibió. Esto dice Wikipedia sobre este asunto:

“La hipocresía es el acto de pretender constantemente tener creencias, opiniones, virtudes, sentimientos, cualidades, o estándares de conducta que uno, en realidad no tiene. La hipocresía es así un tipo de mentira. La hipocresía puede venir del deseo de esconder de los demás, los motivos o sentimientos reales que lo llevan a uno a fingir ser lo que no es. La hipocresía no es simplemente la inconsistencia entre aquello que se defiende y aquello que se hace. Como cuando una madre le habla a su hijo sobre la importancia de compartir lo que tiene con otros niños, y luego delante del niño; le niega a alguien media libra de arroz sabiendo el niño que ella tiene guardado; dos costales de esa gramínea. Para el lingüista y analista social Noam Chomsky, la hipocresía es definida como la negativa a: "...aplicar en nosotros mismos los mismos valores que aplicamos en otros" Se considera a la hipocresía, como uno de los males centrales de nuestra sociedad, que promueve injusticias como la guerra y las desigualdades sociales en un marco de autoengaño, que incluye la noción de que la hipocresía por sí misma es una parte necesaria o benéfica del comportamiento humano y la sociedad. En muchos idiomas, incluido el francés; un hipócrita es alguien que esconde sus intenciones y su verdadera personalidad.

La palabra hipocresía, puede ser entendida como una amalgama del prefijo griego hipo-, que significa "debajo", y del verbo krinein, que significa "decidir". Por ende, el significado original es dado como una deficiencia en la habilidad de decidir. Esta deficiencia, como pertenece a los ideales y sentimientos de uno mismo, explica el significado contemporáneo de la palabra. Con el advenimiento de la sociedad que impone un patrón predeterminado de conducta, a seres que cuando nacen ya tienen un patrón que no obedece a las reglas de este mundo; la hipocresía ha venido a ser como un conjunto de reglas para moverse en un mundo, concebido por los farsantes. Aquí se debe destacar la naturaleza del conjunto de reglas, que oscilan entre lo permitido y lo prohibido; siendo lo permitido todo lo que no precise de emplear la sinceridad ni con uno mismo, y lo prohibido todo lo que pueda llevar a un ser humano, a dejar de hacerse pendejo. La hipocresía consta de dos operaciones, a través de las cuales se manifiesta en los modos simple y combinado: la simulación y el disimulo. La simulación consiste en mostrar lo que se desea hacerle creer, al que el hipócrita toma por ingenuo, en tanto que el disimulo, oculta lo que no se quiere mostrar que en el hipócrita sería, ocultar la intención de estafar al que cree que no lo conoce.

Según Wikipedia, alguien que cree que tiene derecho a tener un amante pero que su cónyuge, no tiene tal derecho, tiene doble moral. Sin embargo, alguien que condena todo lo relativo al adulterio pero lo comete, es hipócrita y falto de autoestima. Según yo, que no he estudiado nada sobre el adulterio porque mi autoestima nunca ha estado al nivel; de considerarme la vaca de nadie y encima, he estado demasiado ocupada poniendo los cuernos; si alguna gente no fuera tan tarada como para creer que tener sexo significa lo mismo que un contrato de compra-venta, entonces no existiría el término adulterio, ni la doble moral, ni la hipocresía , ni el matrimonio, ni los ritos que no incluyen al amor, ni los niños traumatizados por padres que no se soportan ni se divorcian, ni necesidad alguna que yo escribiera sobre mi relación con la hipocresía y el rechazo visceral que me otorgan los hipócritas.

Muchas personas fallan en reconocer que tienen desperfectos que condenan en el resto. Según la psicología Freudiana a este comportamiento se le conoce como proyección psicológica. Este es más un autoengaño que un engaño deliberado al resto de las personas. En otras palabras, la "hipocresía psicológica" es a menudo interpretada por psicólogos como un mecanismo inconsciente de defensa, y no un acto de engaño consciente, tal y como es la connotación clásica de la hipocresía. La gente entiende vicios con los cuales se enfrentan o se enfrentaron en un pasado. Los esfuerzos para que el resto supere estos vicios pueden ser sinceros. También puede haber un elemento de la hipocresía si los actores no se admiten a sí mismos o a otros que han tenido o tienen estos vicios. Rata podrida le dicen a la hipocresía, lo que evidentemente no la toleran.

La hipocresía ha sido descrita, junto con la falta de honestidad; como una característica que atrae particular oprobio en la edad moderna. Muchos sistemas de creencias condenan los comportamientos relacionados a la hipocresía, pero siguen creyendo que con creencias, el ser humano podría dejar de ser hipócrita algún día, cuando los hipócritas lo son por ignorantes ya que desconocen la inconveniencia de ser falsos por no conocerse a sí mismos, más allá de la creencia que sobre sí mismos tengan. En algunas traducciones del Libro de Job, la palabra hebrea chaneph es traducida como "hipócrita", aunque en general significa "sin dios" o "profano". En la Biblia cristiana, Jesús condena a los escribas y fariseos como hipócritas. En el texto budista Dhammapada, Gautama Buddha condena a un hombre que tomó la apariencia de un ascético. En la religión Islam, el Qur'an critica a los munafiq, como aquellos que manifiestan ser creyentes y pacificadores pero que realmente no lo son”.

Por último y para que este escrito sea democrático, deseo anotar las frases célebres que tiene Wikipedia sobre la hipocresía , que le pueden servir tanto al que detesta a la hipocresía; como al que la defiende a capa y espada:

• "La hipocresía exterior, siendo pecado en lo moral, es grande virtud política."

o Francisco de Quevedo

• " El hombre emplea la hipocresía para engañarse a sí mismo, acaso más que para engañar a los otros "

o Jaime Balmes

• “La fraternidad es una de las más bellas invenciones de la hipocresía social. "

o Gustave Flaubert

• “La hipocresía es el homenaje que el vicio tributa a la virtud. "

o François De La Rochefoucauld

Como un ejemplo de las ronchas que se pueden levantar al tratar un tema como este, tenemos al Tartufo o el impostor (Tartuffe ou l'Imposteur), una comedia en cinco actos escrita en versos alejandrinos por Molière y estrenada el 12 de mayo de 1664. La obra fue presentada ante el Rey antes de su estreno en una versión inconclusa, con sólo tres actos. Aun así, consigue indignar al partido de los devotos religiosos por su contenido. La Compañía del Santo Sacramento, utilizó su influencia para conseguir que la obra se prohibiera. Veían en ella un ataque frontal a la religión y a los valores que ellos propugnaban. Es cierto que tras la crítica de la hipocresía, que es el tema principal de la obra, se esconde también un ataque al papel demasiado influyente que tenían algunos devotos directores espirituales, que en realidad eran saqueadores de herencias. Tras la primera representación, el responsable de la policía prohíbe de nuevo la obra con el argumento de que "no es el teatro el sitio para predicar el Evangelio". El arzobispo de París, Hardouin de Péréfixe, llega a amenazar con la excomunión a cualquiera que represente o escuche la obra, a la que acusa de ser un virulento ataque a la religión. Hay que esperar hasta febrero de 1669 para que Luís XIV de Francia autorice a Molière a representar su obra, que recupera además su título original de Tartufo. El personaje Tartufo describió de manera tan excelsa al ser hipócrita, que este nombre es utilizado ahora en el Diccionario de la Real Academia Española para definir a la persona hipócrita y falsa.

Por ahora y para que mi índice de popularidad no baje más de lo disminuido que ya está; no le voy a añadir a este artículo ni un punto, ni una coma, ni alguna consideración personal; sobre esta tendencia tan lobuna a disfrazarse de carnero. Confío en que la persona que lea esto, no se dé por aludida porque si así fuese; lo siento mucho por Wikipedia pero va a haber alguien que no va a querer volver a visitarle, cuando viaje por la red cibernética. Y para aprovechar que el título de este artículo, surgió por evocar esa obra escrita por Juan Ramón Jiménez, dejo aquí este video sobre “Platero y yo” con el que hasta el más hipócrita de este mundo, puede deleitarse.

http://iessantoreino.com/platero

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