La gente que no me conoce, que es mucha porque es muy común y más que vulgar, que la gente viva pretendiendo conocer a los demás pero sin interesarse por conocerse a sí misma; cada vez que me escuchan expresar lo que siento sin pelos en la lengua, dudan inmediatamente de mi lucidez mental. Y se quedan boquiabiertos, cuando les digo lo que deben decir sobre mí. Simplemente porque creen que yo tengo tanto interés como ellos tienen, en caerle bien a la masa. No todos saben lo que es la masa ni que la gente sin criterio propio se ajunta para no sentirse menos, por eso voy a poner aquí lo que expresaron dos seres humanos acerca de ella:
“LAS MASAS NO SIEMPRE TIENEN LA RAZON. TIENEN SUPERIORIDAD NUMERICA, PERO NADA MAS”
“A VECES LA MAYORIA SOLO SIGNIFICA, QUE TODOS LOS TONTOS ESTAN DEL MISMO LADO”.
Es normal que la gente que no se ocupa de valorarse a sí misma; subestime a los demás, pues mas allá de la importancia personal de los que no se aprecian a sí mismo; existe una ley universal que sentencia que uno sólo puede dar, de lo que se da a sí mismo y por tanto si uno desprecia su valor y busca que otro lo valore, acabará desquiciado. Aunque no me gustaría ni imaginar lo que se siente, cuando uno no se da crédito a sí mismo, puedo entender que si mi autoestima dependiera de la opinión que otros tengan de mí, tenlo por seguro que no me iba a detener a escuchar a una viejita que, por más experiencia que haya acumulado y por más bien que se conozca, me muestre con su propio ejemplo; que la hipocresía es un vomitivo. Y por eso puede hacerle ver al que la subestima, que no tiene ninguna importancia si le dice a los demás que ella está decrepita o, si echa por la boca pestes sobre la anciana.
Y me gustaría ver a uno de esos que abogan por la tolerancia, tolerando a una viejita que sigue haciendo, exactamente lo mismo que hacía de niña: expresar lo que siente, sin tapujos. Supongo que la tolerancia se les irá para el ojo del recto, y consideraran que la viejita es una: mal educada, grosera, insoportable, irreverente e ingobernable, sin importar cuantos años tenga. Porque si hay algo que la gente fina y educada no soporta, es a la gente sincera porque esta tiene la libertad de ser ella misma y la usa; en lugar de ir como tarada por ahí pregonando que es libre, mientras cualquiera puede ver a Titina la mona; brincando tras las rejas. A este tipo de gente, Pitágoras, famoso filósofo y matemático griego; les decía: “No hagas de tu cuerpo, la tumba de tu alma”.
¿Sabes a quienes siempre les ha caído como una bomba, una niñita o un niñito así? A los que le pusieron una mordaza a su niño/a interno y pusieron en su representación como niño/a sustituto, a una secreción que se produce en los pulmones y en los bronquios que puede ser expulsada; cuando se da una tos profunda (esputo). Y si cualquiera y por mas bruto que presuma ser, sabe que no se le piden peras al olmo entonces... calcule Ud. lo que se le puede pedir a un gargajo. De manera que el niñito/a que eligió ser él mismo, aunque nadie lo quisiera; como no es un ignorante sabe la diferencia entre un niñito adulto, y una persona mayor con aires de superioridad que tan sólo, es un esputo petrificado con complejo napoleónico. Ambos sabemos que un esputo, no puede comunicarse en el mismo nivel que lo puede hacer; el niño que lo tiene atragantado. Entonces es importante que con los esputos, uno no se haga grandes expectativas. Pues son como los monos, parecen seres humanos; pero no lo son ni se pueden comportar como lo haría alguien que es un ser humano, más allá de la apariencia.
Esperando que este mensaje no caiga en las falsas entendederas de un esputo/a, porque ya he recibido suficientes escupitajos y bueno es lo bueno pero no lo demasiado; le dejo con este video y las presentaciones de Power Point que después de verlas; le dejan a uno un sabor de boca que no le dejaría nunca, un mensaje que le envíe una mucosidad catarral con grandes broncoaspiraciones. Como dijera el poeta: “Los jóvenes no le dan mucha importancia a los recuerdos, porque todavía no los tienen. Aun no poseen ese valioso tesoro”. Y recuerde siempre y antes que la vida se le acabe, en un abrir y cerrar de ojos que:
“VALIOSOS SON ESOS MOMENTOS FELICES EN LOS QUE SE PUEDE PENSAR LO QUE SE QUIERE, Y DECIR LO QUE SE PIENSA”.
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