Saturday, February 6, 2010

YO SOY LA LUZ DEL MUNDO.

Ayer vi una película donde salía un niño, que no quería adaptarse a ser igual al resto. A pesar de que no salía de los salones de terapia infantil, él seguía insistiendo en que no era de este mundo. Y a mí me pareció curioso, porque si uno observa su condición humana y luego percibe a los seres humanos, actuando peor que las bestias; lo más natural es que dude en poder llegar a ser uno de ellos. Pues contrario a lo que creen las personas mayores, que a veces tienen tanta confusión que hasta llegan a creer que son maduras, los niños ya saben lo que tienen que saber, y no tienen interés en ser cualquier otra cosa o en imitar a sus padres, ¡ni que fueran unos monos!

  Y a mí me ha tocado conocer gente que se quieren transformar en una pantera negra,  que a lo más que llegan a parecerse es a una hiena. Sin querer contemplarlo porque el espectáculo es realmente deprimente, he tenido que escuchar a un ser humano afirmar que deseaba reencarnar; como el perro del Maestro Perfecto de esa época futura. He visto a supuestas perras aspirando a convertirse en unas perfectas zorras. Y gracias a Dios,  también me ha tocado ver a pequeños príncipes y princesas, tratando de domesticarlas. Pero no es gracioso como muchos creen, porque un animal siempre tiende a serlo por mejor amaestrado que esté. Y me refiero al animal más inteligente del mundo, domesticado por el MEJOR DOMADOR DEL MUNDO. Pues hasta para el más extraordinario domesticador del mundo, resulta imposible convencer a un burro de que no se comporte, como una bestia.

 Así las cosas, debemos tener claro que no se le puede obligar a un niño a no pensar por sí mismo, porque se le atrofia el cerebro y luego de mayor; se guía por unas tontas ideas que vienen incluidas en un garbanzo cerebral. No me parece que unos hipócritas puedan enseñar a un niño a ser sincero, gracias a Dios, que fue quien lo creó realmente a Su imagen y semejanza. Debe ser por eso que un niño es tan sincero, que hasta puede causarles a los adultos bastante irritación. Es una pena que a los adultos no les sea grato que les digan la verdad en sus caras, yo siempre he creído en que hay que ser muy hipócrita, para no gustarle la sinceridad a uno.

 Los hipócritas y los niños nunca se han llevado bien, y es por eso que muchos niños y niñas se deciden a ser unos perfectos hipócritas; con tal de poder superar a sus padres, al menos en algo. Pero esto no es justificación para una persona adulta, que puede ser consciente de que la hipocresía es una regla de conducta, que sólo a los hipócritas les conviene. Los hipócritas, by the way; saben a la perfección el arte de engañarse a sí mismos, de otra manera saben que no pueden convencer a nadie, con sus falsedades. Y ya que me refiero a los hipócritas conocidos también por: farsantes, fingidores, tramoyistas, beatones, embusteros, moscones, impostores, simuladores, mojigatos, gazmoños, santurrones, afectados, postizos, artificiales, falaces, arteros, desleales y aduladores, te dejo con un párrafo sacado de los Evangelios.

 Esos que dicen, que alguien dijo, que dijo un Maestro, que Él era al igual que todos los seres humanos, un hijo de la Fuente de Vida Eterna, que cada cual bautiza con el nombre que se le pega la gana. También repiten esto en sus sinagogas que ahora llaman iglesias, para de alguna manera sentirse distintos y diferentes a los fariseos, a los que un GRAN niño llamó hipócritas ratas. Para quien lo ignore, los fariseos (פרושים perushim, de parash que significa "separar") pertenecían a una comunidad judía que existió hasta el segundo siglo de la presente Era, compuesta por usureros que  lograron que sus interpretaciones fueran aceptadas por la mayoría de los judíos. Por ello, tras la caída del Templo (Santuario del pueblo Israelita), tomaron el control del judaísmo "oficial", y transformaron el culto. El más alto representante del judaísmo era el Sumo Sacerdote, cargo que a la destrucción del templo se volvió innecesario; así fue como el culto pasó a la sinagoga (בית כנסת, beit knéset, "casa de reunión" en hebreo).

 De los antiguos fariseos surgió la línea rabínica ortodoxa de los doctores de la ley, que fue la que redactó los distintos escritos del Talmud. Simplemente sustituyendo Templo de Dios por Iglesia de Cristo, judaísmo oficial por catolicismo impuesto a huevo y Sumo Sacerdote por Sumo Pontífice, puede notar uno que las cosas no cambian mucho si a un viejo testamento; se le anexa uno nuevo. En cualquier caso testamento suena a herencia y en este mundo, la herencia está asociada con la palabra difunto. Y tiene caso la herencia, solamente si el difunto se había puesto en vida como rata de cloaca; a meter billetes en una madriguera por si las moscas… Esto al menos para mí, no tiene nada que ver con la promesa de vida eterna, ni con el sentimiento generoso que brota de alguien, que sabe que su verdadero Padre no es un miserable y pordiosero mendigo.

 Pero antes de seguir blasfemando tranquilamente, mejor pongo a tu consideración; aunque adulteradas a conveniencia de los fantoches dizque intermediarios, este texto que al menos debajo de un techo que no sea el de tu bóveda craneana,  se considera sagrado.

 Yo Soy la Luz del Mundo 
(según Juan y a conveniencia de los pastores que te confunden con un carnero, si eres de carne y tienes lana):

Jesús les habló de nuevo y dijo: << Yo Soy la Luz del Mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá luz y vida>>.
Los Fariseos replicaron: << Tú declaras en tu favor; así que tu declaración no vale nada>>.

Jesús contestó: << Aunque Yo declare en favor mío, mi declaración vale, porque Yo sé de donde vine y a dónde voy. Pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy. Vosotros juzgáis con criterios humanos; yo no juzgo a nadie. Yo podría juzgar: mi juicio sería verdadero porque no sería uno el que juzgaría: Soy Yo y el Padre que me envió. La ley de vosotros dice: El testimonio de dos personas es digno de fe. Yo Soy el que declaro a mi favor, pero también declara en mi favor el Padre que me ha enviado>>.
Le preguntaron: << ¿Dónde está tu Padre?>>. Jesús les contestó: <>.

Jesús dijo estas cosas en el recinto del templo. Enseñaba en el lugar donde se reciben las ofrendas, y nadie lo tomó preso porque aún no había llegado su hora. Les dijo por segunda vez: << Yo me voy y vosotros me buscaréis; y moriréis en vuestro pecado, porque donde Yo voy vosotros no podéis ir >>. Los Judíos se preguntaban: << Si no podemos ir a donde él va, ¿será porque piensa matarse?>>.
Les dijo: <  y Yo no soy de este mundo; por eso acabo de deciros que vais a morir con vuestros pecados; y moriréis en vuestros pecados por no haber creído que Yo Soy>>.

Le dijeron: << ¿Tú, quién eres? >>. Jesús contestó: << Os lo he dicho desde el comienzo. Tengo mucho que decir y criticar de vosotros, pero el que me envió  es la Verdad, y lo que hablo al mundo es lo que yo vi en Él >>. (Yo les hubiera dicho: << Y a ti que carajos te importa. ¿Por qué mejor no vas a ver quién eres tú? Seguro que te va a servir de mucho más que intentar conocerme a mi>>, pero tampoco soy la Maestra Perfecta que vino hace más de dos mil años).

No comprendieron que les hablaba de su Padre. Jesús agregó: << Cuando hayan levantado en alto al Hijo del Hombre, entonces conocerán que Yo Soy, y que nada hago por cuenta mía: Solamente digo lo que el Padre me enseña. El que me envió está conmigo y no me deja nunca solo, porque Yo hago siempre lo que a Él le agrada>>.

 Una vez terminado de leer este evangelio, a cualquiera le resultaría fácil saber escoger entre escuchar a un Maestro Perfecto que como un Buda te propone que seas Tú, la Luz del Mundo, y el permitirte manejar  por lo que farfulla ininteligiblemente un viejecillo chocho y decrépito, que no sé de dónde saca vergüenza para llamarse representante de un Maestro Perfecto y con la misma pararse  frente a una multitud a proclamar que:

“Dios Todopoderoso sólo tuvo un hijo (aunque cualquier simple mortal puede tener una prole numerosa). Este hijo único es el único que es divino (el resto no llevan de Dios su apellido y por tanto, son unos malditos bastardos). Jesús se casó con la Santa Madre (demostrando así un disfuncional Complejo de Edipo) y los que supuestamente no fornican (reprimidos sexuales) somos los más calificados para explicar los deseos del Unigénito. Según los designios de vuestro Señor,  aquí deben penar (como si hubieran matado a toda su parentela) y soñar con la alegría (que sólo está disponible, si logra resucitarlos). Si quieren el Paraíso luego de que se mueran, les va a costar bien caro. Por lo pronto, y hasta que Dios disponga otra cosa (y nos llame por el Supremo Celular) vuelvo y les repito que: Los heterosexuales luego de pasar por este purgatorio (de pasar por santos siendo unos tremendos machos cabríos) clasifican como candidatos al Paraíso y los homosexuales van derechito al Infierno. Los casados pueden entrar al Cielo solamente si no se divorcian y los homosexuales van al infierno y encima no podrán ni casarse ni adoptar niños. Si los casados dejaran de ser un par de hipócritas y se divorcian, entonces pueden buscar a Dios en otros dogmas, pero a los homosexuales ya les dije que: ¡Dios, no los quiere ver ni en pintura!!!”. Y lo siento mucho por esas beatas con hijos gays o lesbianas, pero van a tener que esperar a morirse para que hablen ese escabrosos asunto; directamente con el Señor.”

 Y todavía existen homosexuales tanto closeteros como exhibicionistas, que le siguen mendigando aprobación a esa madre. Pero no les vayas a gritar: ¡PENDEJOS! porque se ofenden tanto, que hasta te niegan su amistad… Para mí es un favor que me hacen pero en este mundo; también se le llama favor a algo que se hace aparentemente de manera incondicional, para obtener algo a cambio. Sin más que decir y considerando que con lo escrito, ya tengo suficiente como para ganarme más de un millón de insultos; que le servirían a mi importancia personal como pedazos de plomo para que no se eleve, dejo al respetable con un video donde se comenta la sed, que sienten realmente los sedientos. Me refiero a los que en verdad desean limpiarse la Conciencia, no a los que mientras más se la cogen para limpiarse las nalgas, más felices parecen estar. Ya dije ma’s de un mill’on de veces (sin exagerar), que prefiero practicar el inglés para poder sobrevivir en el Imperio, que aprender a rebuznar sin faltas gramaticales, simplemente para que me acepten en un rebaño al que no pertenezco aunque me llamen: la oveja negra de la familia.

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