Este artículo me lo inspiró alguien que considero mi más ferviente admirador por lo mucho que me repite: - ¡Alabao mamá!-. Para quien no conozca el dialecto de los hijitos de mamá, eso significa una alabanza pero en su más mínima expresión dado el empleo de pocas letras del abecedario. Es que viéndolo ya hecho todo un hombre, me vino a la mente el recuerdo de cuando era apenas un pequeñuelo y yo, le leía el cuento de “Pinocho” para que al él le entrara sueño y se durmiera.
Me alegro de haberle leído ese cuento pues así garanticé, que hoy no fuese un burro mentiroso y en su lugar el hada le concediera convertirse en un niño grande, que era lo único que deseaba ser cuando yo le leía antes de dormir, esa historia tan famosa del italiano Carlo Collodi. Por si quien lee esto no la conoce le daré una breve reseña que el Wiki puso a mi disposición y luego explicaré el asunto de Mireya y la muralla:
Gepeto (Geppetto), que siempre ha deseado tener un hijo, esculpe una marioneta de madera. Desde antes de terminarla, demuestra estar viva y ser traviesa y desobediente, y Gepeto la llama Pinocho. Originariamente, Collodi no pensó en su trabajo como una obra de literatura infantil: en la versión original, Pinocho es ahorcado por sus innumerables faltas y sólo en versiones posteriores la historia obtendría su famoso final, en el que la marioneta se convierte en un niño de verdad. Con esta trama se han hecho varias películas y adaptaciones incluidas en otras historias. Entre ellas se destaca la original película de Disney (Pinocho)protagonizada por dibujos animados basados en el original. Años más tarde, se estrenó otra versión de Pinocho, con un tema futurista, donde en vez de ser un muñeco de madera, era un robot (Pinocho 3000).
La historia fue novedosa y moderna, y abrió camino a muchos escritores posteriores. El italiano es enriquecido con florentinismos. Varios de los conceptos del libro se han convertido en un lugar común, particularmente ese de que a los mentirosos les crece la nariz. Pinocho tuvo éxito inmediato, pero en las familias de clase más acomodada, inicialmente no fue considerada una obra apropiada para "niños bien educados".
Algún día espero poder pagarle al Wiki, el gran favor que me hace. Pues es a esos “niños bien educados” a los que le llamo: Mireyas y a lo que le llamo el muro, es a la hipocresía que le ensenan los hipócritas a las Mireyas. Para evitar herir susceptibilidades, debo aclarar que aunque este sea un nombre femenino de origen francés, no les puse Mireyas por gays sino porque en francés Mireya significa: Maravilla o Prodigio. Algo que hubiesen podido expresar esas niñas y esos niños que para ser obedientes, debieron adoptar a la hipocresía como si esta fuera un valor humano. Lo hicieron por dos motivos:
1.- Por el libre albedrío que determina que un niño puede seguir siendo él mismo o, imitar al más ficticio de la familia.
2.- Por no tener que ir practicando la sinceridad poco a poco, para de grande poder hablar sin pelos en la lengua y expresarse libremente sin temor a represalias.
Lo peor de estos chamacos y chamacas, además de envejecer sin madurar; es que llegan a creer que no se autoengañan porque han levantado un muro entre ellos y sus conciencias, y por tanto no cuentan con un espejo para verse las caras y notar el largo que ya tienen sus apéndices nasales. También ignoran que eso no se puede resolver con cirugía estética; así como no saben otras cosas que no encontraran en ningún libro. Pero de igual modo tienen la apariencia de sabelotodos y la pedantería de un pedo metido en una botella de whisky “Napoleón”.
Por si acaso alguna Mireya de closet está leyendo esto y se siente furibunda, le voy a regalar unas cosas lindas que encontré sobre todas las Mireyas del mundo, que tal vez sirva para aplacarle la furia. I am sorry con excuse me…:
“Ya sea que se sientan hembras o machos, las Mireyas tienen una naturaleza emotiva y activa que se expresa por medio de la perseverancia, las asociaciones, el planteamiento y el asentamiento. Aman las innovaciones y las realizaciones. Y les gusta ser asistidas y apoyadas. Son empeñosas, y cuando se empeñan en algo, son más necias que unas mulas. Se expresan por medio de su comprensión para los demás, despiertan tanto simpatías como antipatías. Les gusta resolver problemas ajenos y dar su amistad. Aman todo lo que perdura porque serán mireyas pero no son pendejas.
Las Mireyas tienen una mente de pensamiento previsor o, un garbanzo preocupado por el futuro y apegado al resentimiento. Se expresan como lo haría cualquier pensador práctico, que planea en grande y al planear, se sirve simultáneamente de la codificación y de la demolición. Regularmente reciben aumento en las empresas, que requieren de métodos de esfuerzo organizado. Sus mentes se vuelven más previsoras cuanto más extensa es la empresa. Aman lo importante aunque ignoren lo que es esencial, y son especialistas en todo lo que requiere tiempo y obra con el tiempo y a la larga. Ignoran que van a morir. Podrían destacar en profesiones como: experto en eficiencia, industrial, ejecutivo, editor o crítico editorial, comerciante, empleado público, banquero e intérprete.
Confieso que siento algo de envidia por las mireyas y los mireyos porque a mí, toda la vida me han tachado de salvaje. Definitivamente carezco de buenos modales y encima de eso, tengo hasta la desfachatez de decirle a cada cual lo que pienso de él o ella, y no precisamente a sus espaldas. Debe ser algo karmático pues de castigo, todos me dejan sola para que medite profundamente sobre ese mal comportamiento y decida portarme educadamente. Mientras que medito y reflexiono silenciosamente, para no molestar a las educadas Mireyas; voy a empezar a reunir modestamente ladrillito por ladrillito (de los que me tiran sin esperar nada a cambio, supongo…); hasta que tenga suficientes como para levantar un muro tan alto que llegue de la Tierra al Cielo. Pero no lo voy a construir entre mi Conciencia y yo sino… entre YO y las Mireyas.
Para todas la mireyas y mireyos, ya sean abiertas o de closet; dejo aquí de las escenas de la versión Walt Disney de “Pinocho”, dos de mis favoritas. Y ojalá que las disfruten porque a mí simplemente: ¡me encantaron!
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