Friday, February 19, 2010

¡Qué maravilloso mundo!

 Viendo este video http://www.youtube.com/watch?v=JE-Nyt4Bmi8&feature=related   donde perros y osos polares juegan y se abrazan, como si fueran especies semejantes, y no pude evitar que esa frase pasara por mi mente, que como ahora piensa mitad en spanish y mitad in english susurró: “What a Wonderful World” con la misma voz de Louis Armstrong. Inmediatamente recordé a una excelente amiga, a la que alguna vez le pregunté: -“¿Cómo puedes decir que este mundo es una maravilla? ¿Acaso no notas a esa gente mediocre y miserable que todo lo que toca lo convierte en caca?”. Era yo muy joven y esa amiga también aunque me llevara 25 años; y como si la viera ahora mismo la escucho explicarme con una sonrisa que me alumbraba el alma:

 “Claro que lo puedo notar y de hecho, era aun muy niña cuando pude percibirlo. También a mí acudió esa pregunta y mi mente se hubiera conformado con cualquier respuesta pero yo, aunque muy niña; corrí a buscar la respuesta más sabia y la encontré en los labios de una amiga verdadera. Lo era porque en su vida lo perdió todo excepto sus valores sublimes y por tanto, aunque su reputación estuviera totalmente manchada; su conciencia estaba limpia. La reputación es algo que ni siquiera te debe importar lo que significa, por eso no te la explico. Lo más que debes saber de esa palabra es que cobra importancia cuando te importe más lo que otros piensen sobre ti, que lo que piensas tú de ti misma. Generalmente de la reputación tuya, se ocuparan aquellos que como seres humanos; no tienen la más mínima reputación.
  Cuando le hice esas mismas preguntas a esa venerable amiga, que sigue viva aunque no te la pueda presentar personalmente; me contestó espontáneamente que el Todopoderoso Poder que nos creó a Su imagen y semejanza,  en su infinita misericordia nos brindó también la fuerza de voluntad para tener en cuenta lo que sirve  y voltear la cara cuando tuviésemos enfrente algo inmundo. Pero que usar la fuerza de voluntad a mi conveniencia, era también otra de mis alternativas. En otras ocasiones me había dicho que la práctica hace al Maestro, y que si realmente deseaba alcanzar la maestría en el arte de vivir, entonces debía saber que nadie en este mundo había nacido,  para hacer valer  hacer mi santísima voluntad y por tanto, debía saber la manera óptima de usar mi fuerza de voluntad para luego, poder ponerla a favor de toda la humanidad. Incluyendo a los que usaban sus voluntades como un panadero usa el rodillo, en la masa de agua con harina y levadura.
  De manera que ya lo sabes. Vas a poder hacer esa observación y también criticar a las persona tacañas o tartufas como tú les dices, pero no vas a poder cambiar el que en este mundo existan personas avaras, si tú también crees que algo de este mundo te pertenece y por temor a perder, lo que no te pertenece; te transformas en una persona insaciable y envidiosa, y por consiguiente en un ser humano miserable y anodino, incapaz de dar lo mejor de sí mismo simplemente porque adentro nada tienen de valor. Es decir si lo tienen, pero lo ignoran lo cual viene siendo exactamente lo mismo. ¿Entendiste?

  Este: ¿entendiste?, no tenía cuando ella me lo decía la misma connotación del que te sueltan rebuznando los animales superiores; luego de que te explican algo tan enredado como que no pueden trabajar, a pesar de tener todas las facilidades; porque en el fondo prefieren ser unos mantenidos a ayudar al que los mantuvo, sin estar obligado a hacerlo. Ni se parecía su sentido al de la supervisora que lo suelta, después de explicarle cómo se mapea un piso a un graduado universitario. Tampoco tenía relación alguna con el de la minusválida mental que te explica, donde es que se dobla la ropa en una lavandería. Ni al prepotente ¿entendiste?, del que abusa de un poder temporal ordenándole silencio, al que debería escuchar en lugar de escupirle la cara. Aquel ¿entendiste?, de mi mejor y única amiga; daba por supuesto el entendimiento de la persona a quien iba dirigido. Simplemente porque las personas sabias, independientemente de los años que tengan vividos; saben perfectamente cuando hablan con un ser humano y cuando tienen que vérsela con un cuadrúpedo con apariencia humana.

  Ella no está conmigo físicamente pero nunca mi exquisita amiga,  ha dejado de estar presente. Tal como me lo prometió al despedirse pues es de las personas extraordinarias y honestas, cumplir todo lo que prometen. Eso mismo me dejó demostrado un amigo insuperable, cuando las mismas preguntas acudieron a mí y él me contestó: - “Cuando vas por la carretera y algo te señala que pasarás por un lugar donde acaba de ocurrir un accidente automovilístico, ya estás avisada y sin embargo; cuando eres tú la que pasa al lado del choque automovilístico;  tienes la opción de contemplar la escena o, seguir mirando hacia adelante ya sabes que allí, tú no puedes arreglar absolutamente nada. El daño ya está hecho”.-  Algo hizo click dentro de mi cuando a este amigo, en el sentido más asombroso de la palabra; le escuché decir: -“De igual modo puedes contemplar las miserias humanas o, descubrir un universo lleno de magnificencia que llevas dentro de ti. Y si te interesa saber cómo hacerlo, yo puedo ayudarte sin cobrarte nada a cambio. No tendrías suficiente dinero para poder pagarlo y lo sabrás cuando lo compruebes por ti misma”.-

 Los seres humanos extraordinarios lo son, por no haber perdido nunca el estado de lucidez; de manera que expresar que mis dos verdaderas amistades tuvieron la razón,  sería redundante. Sólo los chiflados necesitan tener la sensación de no haber perdido el juicio y precisamente por eso,  pelean con garras y colmillos por tener siempre la razón aunque la cognición que les asiste sea la misma que posee una rata de cloaca que lógicamente, sólo se preocupa por sobrevivir en una cloaca infestada de roedores iguales que ella. Por consiguiente una rata no puede estar interesada, en escuchar a Louis Armstrong pues ni siquiera la letra de: “What a wonderful World” le dice algo y no tengo que explicar que, mientras las ratas hacen lo suyo; los seres humanos si pueden verificar el sentido de esta canción y sentir profundamente su verdadero significado. Y si lo escribo es porque supongo que mis artículos, no les resulten de interés a las ratas pues no se pueden convertir ni en dinero, ni en comida, ni en nada que le resulte de provecho a una rata.

 Antes de volver a escuchar “What a Wonderful World”, deseo agradecer a esa amiga entrañable, que devotamente me ha acompañado por todos estos años repitiéndome; como Krishná a Áryuna;  que aún en mis horas más oscuras podía tener una claridad que nada tenía que ver, con la devoción a Santa Clara. Gracias a que apostó por la Vida aun cuando aparentaba que la vida se le iba, pudo  seguirme recordando aquello que yo más necesitaba recordar y gracias le doy, por llevarme de la mano hacia otro ser humano tan insuperable, desde cualquier punto de vista; como esa amiga a la que en silencio llamé: Mi Maestra. No porque me enseñase lo que yo no necesitaba aprender, sino porque obtuvo por méritos propios y mediante su propio esfuerzo,  la maestría en el arte de existir siendo ella misma y fue la Maestra Vida la que le otorgó el diploma.

 Es en presencia de majestades como mis leales amistades de toda la vida, que vale la pena hacer una reverencia y no sería exagerado caer de rodillas y besarles los pies, pues sólo los seres humanos magníficos son capaces de, aunque las apariencias indiquen todo lo contrario; permitirle recobrar al ser humano la perdida esperanza en el género Homo sapiens. Inclusive cuando el panorama se muestra tan sombrío  que los animales, supuestamente inferiores al hombre; sirven excelentemente como ejemplo de ternura y concordia a aquel que se considera superior al resto de los animales, sin poder llegar a serlo mediante sus propios medios.



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