Aquellos que se han olvidado de que fueron niños durante algún tiempo, por menos que les guste admitirlo no les queda otra alternativa; para sustituirlo, que inventarse una personalidad. Por lo que he podido observar mientras que me dedicaba a disfrutar intensamente y a mi manera, de una existencia que nadie tuvo que decirme que terminaría algún día y que sabía perfectamente que no había hecho mérito alguno para merecer; he podido concluir que la personalidad, es una imagen falsa y distorsionada que tiende uno a forjarse de sí mismo, que se va fortaleciendo a medida que el tiempo pasa y que los sabios de todos los tiempos han llamado alter ego (ego alterado). Es muy similar al traje de gorila que cualquiera puede usar, a manera de un inofensivo disfraz y que puede tornarse dañino; cuando quien lo lleva puesto olvida su verdadero origen y se identifica con la mona imagen; que le devuelve el espejo.
Los sabios de todos los tiempos han señalado que en el mejor de los casos, un ego que ha alterado a tal grado su innata naturaleza humana; puede mostrar un comportamiento muy semejante al de un macho pavorreal que, mientras que camine con la cola abierta; será capaz de causar admiración en todo aquel que ponga la vista sobre él pero que, una vez que abra el pico; seguramente que la caga porque siendo el ruiseñor menos llamativo y mucho mas pequeñito, si se van a comparar en ese caso sería el ruiseñor, el que se llevaría el premio al mejor intérprete musical. En el peor de los casos, este podríamos decir…aborto de la naturaleza; se podría comparar con un gusano de seda que se siente desgraciado; por creer que está obligado a vivir arrastrándose durante toda su vida. Simplemente porque ignora que posee el potencial que es capaz de transformar, a una oruga en mariposa.
Debido a que en este mundo son muchos más los que eligen sobrevivir, utilizando de su capacidad neuronal menos del 10% ; según afirman datos científicamente comprobados y el contundente testimonio de que este planeta ya no se parece ni remotamente, a lo que era antes de que la soberbia humana se limpiara las patas en él, y a que los sabios por los siglos de los siglos siempre han sido subestimados, perseguidos, asesinados y desacreditados por los mismos ahorradores de masa encefálica, que no toleran que exista alguien que se resista a comportarse como una estúpida bestia; actualmente escasean las personas que saben realmente lo que significa ser sabio. De manera que para actualizar ese término y sintiéndome muy optimista; conseguir que los que no desean pasar de ser unos animales superiores; se animen a ponerse en contacto con esa chispa divina que podría humanizarlos, procuraré emplear un lenguaje moderado que pueda explicar lo que sabio significa, sin herir la vanidad de los supuestos sabios.
Se conoce por sabio, independientemente del género, edad y nivel escolar concluido; a un simple y sencillo ser humano que se percata de la diferencia que existe, entre sentirse contento todo el tiempo y estar unas veces feliz y otras muchas deprimido. Alguien que antes de creer en lo que otro le diga, prefiere escuchar lo que su corazón le susurra y que en lugar de preocuparse por lo que está fuera de su control; elige ocuparse de mantener su autoestima en un justo nivel que le permita; no intentar ver a un semejante por encima del hombro y tampoco considerarse un insignificante gusano rastrero. Para no menospreciar la salud que Dios le concedió, prefiere estar completamente sano a declararse enfermo; aun sabiendo que el enfermo puede atraerse más el favor de los compasivos. Que sabiendo que la conciencia es el espejo que se trajo, para verse a sí mismo antes de advertir los defectos ajenos; confía en la imagen que ese espejo le devuelve y por tanto, la valoración que de si mismo tenga no depende de los que otros opinen de él. Sabiendo que nada de este mundo le pertenecerá jamás y que de aquí, no podrá llevarse ni una de sus pestañas, no teme ser desprendido y no se vende a otra persona ni por todo el oro del mundo; porque comprende que lleva dentro de sí mismo un majestuoso tesoro que de ningún modo, podrían comprar esos que se han dejado dominar por la avaricia y por tanto, tienen dinero hasta para limpiarse el culo.
Una persona comúnmente incomprendida, porque sus actos coinciden con lo que predican sus palabras y tal manera de conducirse, sobrepasa a la ordinaria comprensión humana. Alguien que ha comprobado que las circunstancias externas son cambiantes pero que dentro de sí mismo, cuenta con algo inefable que permanece constante y por tanto decide ocuparse de lo que no cambia y no preocuparse por lo que está fuera de su control. Sin exigirle a nadie que le suministre las condiciones, para que él o ella puedan sentir dicha y armonía; es capaz de trasmitirle alegría al que se deja arrastrar por la tristeza y de insistirle al conflictivo, en que sin sentir paz no será capaz de conocer el verdadero sentido, de su propia existencia. Aquel que por saber que es un don que el Creador le ofrece, usa su innata sabiduría; sabe estar sincronizado con el pulso de la existencia porque reconoce, que es únicamente gracias a ella que puede ser y hacer lo que se le venga en ganas (sin perjudicar a nadie).
Una persona que no coloca a la sabiduría en un pedestal para rendirle adoración, sino que se sirve de ella para otorgarle a la vida el valor que se merece; nunca considera a la vida como una lucha constante, destinada a conquistar cosas que proceden no de la vida misma; sino de otras fuentes menos dignas de alabanza. Sabe que la potestad para declarar lo que su corazón le inspire, le fue otorgada por un Poder que no es de este mundo por lo tanto; expresa libremente y sin temor lo que siente, gústele a quien le guste y le duela al que prefiere antes de escuchar la neta, crucificar al que diga la Verdad. No necesita el sabio el permiso de un ególatra intolerante, para expresar su opinión ni hacer ostentación de una sapiencia extraída de los libros; para impresionar al que nunca ha leído a los sabios. Al advertir que el que no es honesto, corre también el riesgo de engañarse a sí mismo, sabe que puede prescindir de la astucia que precisa para actuar; el que no siente escrúpulos para estafar y aprovecharse de un semejante y en resumen; no necesita prestarle la más mínima importancia a eso que todos los sabios han coincido en llamar: vanidad de vanidades.
Lo que les ha otorgado a los sabios ese calificativo, que tampoco los define porque una persona que sabe quién es, también alcanza a distinguir que lo que es infinito no se puede encasillar, es que los sabios están al tanto y no olvidan que desde que nacieron; ya contaban con un conocimiento autentico y profundo que los hacía sentir inmensamente ricos, aunque no tuvieran ni donde amarrar la chiva ni un lugar donde caerse muertos; puesto que les permitía no desear alguna otra cosa como no fuera estar en contacto, con un sentimiento imposible de describir con palabras que les permitía agradecer con sinceridad y disfrutar a plenitud de cada instante que la vida les regalaba; sin pedirles nada a cambio. Aunque para muchos algo así pueda parecer increíble, yo les puedo asegurar que eso mismo resulta ser para cualquier niño; lo más natural del mundo.
Son sabios los que saben que a un ego alterado, es mejor seguirle la corriente que contrariarlo pues eso, es precisamente lo mismo que haría un psicólogo cualquiera al detectar; que está tratando con un sicópata. Y también lo mismo que haría un cirujano, si viera que un gorila se metió en el quirófano y ha agarrado el escalpelo. Pero a riesgo de que algo con las dimensiones de una chinche, o el entendimiento de un primate; les forme un mitote del tamaño de la minúscula y limitada burbuja en que vegeta; los sabios pueden ser capaces de pasar eso por alto y usar la paciencia para sentarse a explicarle, al que no sabe quién es y precisamente por eso, se dedica a aparentar que es otra cosa; que no le vendría nada mal contemplarse en un espejo como el de su conciencia que le permita verse a sí mismo y así; descubrir que saliendo de su delimitado refugio y desapegándose de una personalidad que denigra su auténtica naturaleza, pueda verse tal cual es y por consiguiente, hacerse a sí mismo el favor de dejar de hacer el ridículo.
En este video que pongo a disposición del que lo quiera ver, se explican claramente las infinitas ventajas que le aporta al ser humano; el ponerse en contacto con la sabiduría que en su corazón espera a ser utilizada. Ese hombre no es cualquiera, es alguien que me conoce perfectamente y que por eso; considero un verdadero amigo. No me consiente cuando cometo un error sino que por el contrario; me lo señala para que me percate y así pueda hacer yo algo al respecto. No cuenta con la aprobación de los que creen saberlo todo y los que pueden entenderle, a veces prefieren hacerse los distraídos antes de aceptar el regalo, que él tiene para entregarles sin más costo que el de tener que desprenderse de miserias humanas; que no les conviene seguir arrastrando. Pero en cambio, puede estar completamente seguro del inmenso amor que le profesan, aquellos que saben agradecer con todo su corazón al que, a riesgo de parecerle insolente a los vanidosos que presumen de todo lo que carecen; ha puesto toda su vida al servicio de la causa más noble de todas: que todo ser humano conozca exactamente quién es, no a través de textos sagrados susceptibles de ser manipulados por inescrupulosos intereses, ni teniendo en cuenta la mediocre opinión de quienes no tienen criterio propio; sino simplemente ofreciéndoles la posibilidad de mirar dentro de ellos y obtener así el CONOCIMIENTO PERFECTO.
Ese mismo CONOCIMIENTO que le hizo expresar a Kabir; poeta, músico, místico, filósofo y santo de la India: "CUANDO NO PRACTICO EL CONOCIMIENTO PERSIGO VINO RIQUEZAS Y MUJERES, Y CUANDO PRACTICO EL CONOCIMIENTO VINO RIQUEZAS Y MUJERES ME PERSIGUEN A MI” Este sabio le explicaba a sus seguidores, que la vida se reduce a un juego entre el alma de cada hombre (Jivatma) y Dios (Paramatma); y que lograr la unión de ambos es la misión de la vida terrenal. Según Kabir: "Dios es el aliento de todo cuanto respira” y “Quien ha hallado el amor y la renuncia, jamás conoce la muerte. Su obra ha llegado como fuente de inspiración y sabiduría hasta nuestros días, siendo objeto de gran popularidad. Este Maestro Perfecto del siglo XIV aún en la actualidad es admirado como el más sencillo, aceptado y fácil de interpretar poeta de la India. Entre sus más fervientes admiradores se cuentan artistas, poetas, escritores, músicos, el movimiento Radha Soami y otros grupos siendo mencionado a menudo por Prem Rawat, como un emblema de sabiduría e inspiración. Es precisamente Prem Rawat, al que llamo cariñosamente Maharaji; el que sale en el video y el mismo que puede inspirarte con sus palabras, si le prestaras la atención que la sabiduría merece.
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