Tuesday, June 29, 2010

LOS PÁJAROS TIRANDOLE A LA ESCOPETA.

De nueva cuenta y muy a mi pesar porque esta vez se tratan de personas con mi misma preferencia sexual, constaté como el extremismo, la intolerancia, la ordinariez, la vulgaridad, la estupidez  y el fanatismo, no respeta ningún límite cuando de comportarnos como simples seres humanos se trata. Resulta que un simple comentario chistoso con el que si insultaba a alguien, era a mí misma, por estarle proponiendo matrimonio a una perra chihuahua que le heredó sus millones a una vieja excéntrica; se alteraron ciertos elementos de un incierto movimiento gay hasta el punto de calificarme de: fascista, homofóbica, sicótica, y hasta mi perfil salió a relucir. Como en una típica cacería de brujas del Medioevo, instada por la Santa Inquisición. Y esas son las personas que están abogando por la tolerancia y la igualdad de derechos.

 Siempre me he preguntado cómo siendo que todas las religiones, admiten que hay un solo Dios; hayan tantas religiones distintas pero me quedó muy claro, cuando leí en una página del Facebook una cantidad de insultos vulgares e injustos, que podría leer mi hijo y otros familiares, tan sólo por haber hecho un comentario jocoso en el que no insultaba a la madre de ninguno; de los que me atacó como si fueran fieras. Y claro, con cosas como estas no es de extrañar que los heterosexuales no nos respeten (con sus excepciones), puesto que ni siquiera entre nosotros mismos lo hacemos. Los comentarios siguen en esa página y yo invito al que esté leyendo esto a que compare el estilo, con el de los que escriben los homofóbicos en contra de nosotros.

 No quiero extenderme en el tema, porque en verdad ya cansa ver como los seres humanos olvidan que en la unión está la fuerza. Y por más que digo que las personas verdaderamente felices  no pueden ser vulgares y soeces, nadie me lo cree. Tan sólo me gustaría dejar aquí la sugerencia de, antes de hacer las cosas sin pensar y sin saber lo que hacen y, antes de dar el paso que separa a lo sublime de lo ridículo, recuerden que los pájaros no le pueden tirar a la escopeta y que si exigen respeto e igualdad de derechos, entonces empiecen por dar el ejemplo en lugar de dar una lastimosa exhibición de miserias humanas. No soy de las personas que necesita aprobación legal o verbal, para hacer con mi vida lo que me dé mi reverendísima gana y si a alguien le interesa saber algo más sobre mí, entonces que escuche esta canción de Marisela Verena que lo resume perfectamente. Por si a la que sacó mi biografía a relucir no le bastó.

“Dios nos dio como regalo la capacidad para pensar. Lo que pensemos es un regalo que nos hacemos a nosotros mismos”.

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