Friday, June 25, 2010

LAS TORRES QUE EN CIELO SE CREYERON.

Hay gente que cree estar sintiendo paz en sus vidas hasta que aparece alguien, que ha usado a los convencionalismos sociales y sus hipócritas normas para hacer palomitas de maíz tan imaginarias, como todo lo que sale de una mente totalmente desquiciada que prefiere imaginar al amor; antes que hacer del amor toda una celebración. Más no hay que culpar a la herramienta sino al que no la usa exactamente para lo que fue diseñada. Seguramente que el lector se habrá tropezado con alguien que se precia de estar en contacto con la realidad, mientras que con sus actos demuestra estar más perdido que una vaca, en el Mall de Las Américas. Me ha pasado más veces de las que desearía pero recuerdo a una de ellas, que fue mi jefa cuando fui contratada como limpiapisos en un lujoso condominio del Downtown en Miami.
Se trataba de una señora ya entrada y pasada la cuarentena, que hacía esfuerzos sobrehumanos para mantenerse con el aspecto externo de una adolescente y el mismo grado de inmadurez que una adolescente que todavía siga en pañales. Para poder mantener el empleo y los $8.50 la hora que percibía como esclava asalariada, traté de evitarla todo lo más que pude. Pero por lo general esa gente necesita de alabanzas y que las tengan muy en cuenta. De manera que casualmente nos encontrábamos mientras que yo pasaba el mapo por el piso y ella esperaba que yo le dijera lo espectacular que lucía. Procuré comportarme a la altura de las circunstancias, tratando de que no confundiera los cumplidos con otra cosa. Pero fue inútil porque la persona que está a mil años luz de la realidad, no le queda más que estar equivocada. Y es evidente que en una habitación a oscuras, no puede encontrar uno el entendimiento claro, digo…si es eso lo que está dando por perdido.
Con métodos muy pueriles, trató de ir ganándose mi confianza hasta que un día me llevó a su oficina para preguntarme, en confianza y como si yo no le viera el colmillo; sobre mi preferencia sexual. Si no hubiera visto a tantas personas que no tienen una vida propia y plenamente satisfecha, meterse en lo que no les importa; me habría quedado estupefacta pues mi preferencia sexual ni a mi madre le importaba. Afortunadamente, pues a mí me parece que esa pregunta se hace, únicamente si se está interesado en tener relaciones sexuales con la persona a la que se le hace la pregunta. Y eso fue precisamente lo que le contesté pero muy diplomáticamente, porque estaba en juego mi empleo de limpiapisos. Lo que es decir que le dejé claro que yo sólo era una limpiapisos que no ganaba lo suficiente, como para correr con gastos elevados como son los de cirugías plásticas, ropas de marca, perfumes caros y otras boberías por el estilo, por lo que si fuera lesbiana ni me pasaría por la mente declararle mi amor. Pareció quedar satisfecha con mi respuesta pero a la semana, fui cortésmente despedida.

Parece ser que la pobre señora que deseaba aparentar lo que ya no era, no comprendió que en el carnaval de la Vida algunos usan caretas bien pegadas al rostro y otros se dedican a arrancarlas. Comprendo que también pude aclararle la duda dándole una respuesta más concreta y para ponerme a su altura, hacerle un comentario banal con el que ella se hubiera sentido identificada como este; de que Salma Hayek come insectos para mantener la línea. Más hubiera sido a costa de perder la espontaneidad que no me sirve para mantener un empleo, pero me hace sentir muy cómoda conmigo misma. Además cuando el destino me enfrenta con este tipo de cabezas de chorlito, recuerdo la letra de ese bolero que dice: “Las torres que en el cielo se creyeron… un día cayeron en la humillación”.
Desde muy pequeña comprendí que teniendo a la Vida de mi lado, nunca tendría nada que perder que me hiciera perder el sentido de mi vida. Una madre magistral y en verdad impecable como amiga, le dio alas a esa manera de ser y el resultado es que a los que buscan mi aprobación sin aprobarse a sí mismos, esto es lo más diplomático que les tengo que decir: “Dentro de mi toca una orquesta cuyos adagios y arpegios pueden mezclarse con los tuyos cuando quieras, pero cuando te vayas de mí recuerda que mi orquesta seguirá tocando para mí, las melodías más bellas. Y en eso tú, no tienes absolutamente nada que ver”.

http://www.youtube.com/watch?v=m2CjmJw4L0M&NR=1

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