Tuesday, June 29, 2010

Y ESO A TI QUE TE IMPORTA

 Esta no será una oda al buen decir pero constituye una alabanza a la sinceridad. Ya que tratará sobre una frase típica del argot cubano, que sólo los cubanos muy hipócritas no utilizan para además de ser unos farsantes, poder aparentar que tienen una buena educación. Antes de proseguir debo advertir, que eso de que no hay cubano hipócrita es un mito, cualquiera sabe que la hipocresía no respeta fronteras geográficas y si un cubano no lo piensa dos veces, para subirse con toda la familia en una balsa y atravesar el estrecho de la Florida (que ni tan estrecho es); entonces la hipocresía  no va a ser menos.

 De hecho puedo afirmar que viviendo en una dictadura, tienes la posibilidad de volverte aún más hipócrita que lo que se acostumbra en las sociedades clasistas, porque el mismo tiranosaurio es quien la impone y a nadie le gusta poner la vida en peligro. Si no es cubano y no tiene una idea de a los extremos que puede llegar la doble moral, le diré que a un niñito cubano común sus padres le enseñaban en la casa a no decir groserías y luego esos mismos padres, cargaban con el niñito a un acto de repudio para gritar como verduleras y carretoneros cosas como: “Nixon, cabrón, hijo e puta y maricón”. Vea nada más ese botón como muestra. Que explica el motivo de que a los cubanos les cueste tanto florear las palabras. Pues esa dicotomía les provoca un trauma que les hace hablar muy claro. Nada de caritas pendejas hechas con signos de un teclado, ni un discurso demagogo como para insultarle la inteligencia a alguien que si la tiene, si un cubano necesita realmente hacerle saber a alguien que tiene serios problemas con sus hábitos alimenticios, simplemente le dice: eres un comemierda. Hasta ahora no me he encontrado, al menos en lengua castellana; un apelativo que lo deje todo tan claro.

 Pero gracias a un orangután con complejo napoleónico, a los cubanos nos ha ido mucho peor que a los judíos creo yo, que por ser ateos y venerar a los orishas, y no encontramos al cabrón profeta que nos divida las aguas que surcan por el estrecho de La Florida. De modos que en la diáspora que ya incluye algunos oasis en el desierto de Sahara, los cubanos han tenido que adaptarse al clima del lugar donde hayan caído. Y excepto en Cuba y Hialeah, no hay otro lugar del mundo donde el comemierda, se interprete correctamente. Eso ha hecho que el resto de los cubanos se vean obligados a innovar y aprender otros sinónimos que no se sientan tan agresivos. Como pendejo, boludo, pelotudo, repinche, etc; que significan más o menos lo mismo, pero sin el acento cubano que es el que definitivamente le pone el toque de ácido. Para que queme… Sin ese acento tan criollo,  ese claro y elocuente “comemierda” sería algo así como una yuca sin mojo, como un congrí sin chicharrones  de puerco, como un arroz a la chorrera sin tostones y como un pollo hervido sin sal y sin mole poblano; para que me entiendan los otros emigrantes que saben lo que es estar de ilegales.

  Otra frase que un niño cubano le escucha muy comúnmente, a la misma señora que le enseña buenos modales, es; “porque me da la gana, campana” como una respuesta enfática cuando el niño pregunta algo, que no le incumbe. Para que desde pequeñito sepa estar ubicado en tiempo y espacio. Lo que significa en el aquí y el ahora, donde él es el nené y no el abuelo del progenitor en cuestión. ¿No ha visto a ese gente lela que se le queda mirando a uno y luego le dice que cree en que la otra vida fue su madre? Si no lo ha visto, entonces rece para que no se lo diga una sicótica a la que acaba de hacerle el amor, totalmente ignorante de que se estaba acostando con el enemigo. Esa gente que puede haber sido tu abuela en una vida y en otra vida tu hermanastra, pero de lo que se ocupan en esta vida, sin importar el grado de parentesco que los una; es de desgraciarte la existencia. Al menos tanto o más de lo que se las desgracian a sí mismas.

 Esas son las que nos obligan a florear el lenguaje, y hacer  como esto que le sucedió a esa pareja de lesbianas, una de las cuales; no salía del closet ni a palos. Resulta que la closetera, todo lo que tenía de bella lo tenía de fantasiosa y la belleza declinaba pero lo de fantasiosa, crecía de manera ilimitada. Hasta llegar a fantasear con que ella era Catherine Zeta Jones y su pareja, a la que cariñosamente le llamaba loca; era Antonio Banderas. El supuesto Banderas que a diferencia del verdadero, no tenía ahorrado ni un chavito cubano (0.96 us), trató de mantener más o menos el tren de vida que merece una Catherine Zeta Jones pero ya estaba pariendo chayotes porque para colmo, este Zorro no sabía robar y se estaba endeudando más que los países tercermundistas. Le daba vergüenza robarle a otro ladrón, que para hacerlo se estaba echando mucha porquería encima. Otro error de las madres cubanas, que nos deberían enseñar que la deshonestidad genera pingües ganancias. De manera que un día, después de pasarla bien, salió la fantasiosa con el tema de Antonio Banderas y la aludida tuvo que decirle:

-         Mira mamita, ya mejor vamos a pararle al cuentecito este que entre las idas a Cuba, para mantener los pocos afectos que el dinero me puede comprar y los caprichitos de la Catherine; me voy a convertir en Papillón y tú sí que no vas a querer asistir a las visitas conyugales.-

  Este tipo de respuesta que tanto puede perjudicar a uno porque es más que sabido que a los locos, hay que seguirles la corriente; únicamente la pueden dar esas personas que aman tan intensamente que pueden arriesgarlo todo y que saben perfectamente, que sólo están aquí de visita. Por eso cuando alguien viene y le pregunta a una persona de esas algo que se le parezca a: - “Oye y tú, ¿por qué eres así?”-, en lugar de deshacerse en explicaciones absurdas y disculpas pendejas prefieren responder muy simple y llanamente con un: -“Y eso a ti que te importa”-.

http://www.youtube.com/watch?v=3QY9Ytpa7Es&feature=related

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